MUJERES ACTIVAS CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

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Mujeres Activas contra el Cáncer de Mama del Estado de Veracruz, A. C. cada año participan de la eucaristía del 19 de octubre para pedir por aquellas que sufren de esta enfermedad, y por aquellas que han recibido la curación, dan gracias a Dios.

Hoy no fue la excepción. Mons. Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, SDB presidió la santa misa en la Catedral de Veracruz a las 11:00 am por las presentes que todavía están en la lucha contra el cáncer y por aquellas que como dijo han recibido una milagro del Señor y han quedado sanas.

Durante su homilía se dirigió a la asamblea así:

La liturgia de este día nos invita a perfeccionar de diferente manera pero en coincidencia, por decirlo así, en una realidad que debe ser el motivo fundamental de nuestra actitud de confianza, de alegría, de sinceridad, autenticidad en nuestra vida cristiana.

El apóstol Pablo en la carta a los Efesios nos da un motivo que para todos nosotros es hacer conciencia, de recordar esto que dice Pablo nos atañe a cada uno de nosotros, qué dice Pablo, él se dirige a los efesios.

La lectura anterior en esta secuencia continuada que la liturgia nos ofrece de los textos sagrados nos ha presentado el plan de vida de la salvación ¿qué plan tiene Dios para la humanidad? Y ¿cómo lo ha venido realizando en Cristo? y este texto, en este día diríamos que concluye haciendo una relación en la manera de que como Dios en el Antiguo Testamento prometió a su pueblo, estar siempre a su cuidado, al pueblo de Israel, y a hora les dice a los efesios que no solo ellos sino también los paganos, también ellos que no son judíos están incluidos en la misma acción de salvación que Dios ha querido realizar por medio de su Hijo Jesús.

¿Y cuál es ese signo del que participamos? Dice el apóstol Pablo, porque también ustedes han decidido ese mismo espíritu. En otro texto dirá es el mismo espíritu por el cual nosotros podemos llamar a Dios ABBAD, es decir,  “Padre” y esa relación con Dios nos da seguridad, nos da confianza, nos da alegría. Dice, para esto estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, Dios. Para que fuéramos una alabanza continúa de su gloria, nosotros los que ya antes esperábamos en Cristo, a qué se refiere, a los judíos que esperaban al Mesías a pesar que después no lo reconocieron por la malicia de los jefes del pueblo, escribas, fariseos, y lo persiguieron y lo crucificaron, pero ese es el camino que Dios había elegido, fíjense qué ironía.

Precisamente el rechazo de los jefes del pueblo a Jesús es el camino que Dios elige para que Jesús dé la vida por nosotros. Y Jesús les dice, no son ustedes los que me quitan la vida yo la doy porque quiero ¿y por qué lo quiere? Porque es la voluntad del Padre que lo envío y le ha pedido dar la vida por nosotros.

Dicho esto a los judíos ahora se dirige a los efesios. En él, en Cristo, también ustedes después de escuchar la palabra de la verdad del evangelio de la salvación, ese evangelio quién es, es Cristo, él es la buena noticia porque él ha venido a salvarnos, y después de creer en Cristo han sido marcados con el Espíritu Santo prometido. Somos hijos adoptivos de Dios, tenemos que vivir conscientes de eso, eso nos da su optimismo, alegría aún en el sufrimiento como lo decía la oración que hacíamos al inicio “aún en la enfermedad incluso aún en la muerte” como sucedía con tantos mártires que no dudaron en dar la vida por Cristo en medio de las persecuciones. Dicen, este espíritu es la garantía de nuestra herencia, si somos hijos pues la herencia debe de venir de él, la herencia de Jesucristo Nuestro Señor, la vida eterna con Dios.

Mientras llega la liberación del pueblo querido por Dios para alabanza de su gloria. Es lo que todos esperamos en este mundo, la liberación.

Hace poco celebramos a santa Teresa de Jesús y curiosamente la primera lectura de la fiesta de santa Teresa de Jesús es el mismo contexto del apóstol Pablo de Saboya, haciendo ver cómo también lo de este mundo aún la misma vida terrenal es algo que se convierte en un impedimento para poder estar finalmente con Dios. Él llega a decir, que si me dan escoger, pues yo escoja ya irme con Dios, porque aquí solo estoy batallando, pero si puedo ser útil a la iglesia pues seguiré luchando, seguiré batallando, anunciando el evangelio. Han de ser muchos los que se acojan a esta misericordia de Dios. Y es lo mismo que santa Teresa dice en un poema hermosísimo donde hay un estribillo que siempre se repite en cada estrofa “que muero porque no muero” es decir, ella desea ya también estar con Dios, y todo aquello que tiene que aguantar en este mundo es motivo por el que ella desea cada vez más estar con Cristo.

Es toda una dinámica espiritual que nos hace centrar nuestra vida en Cristo Jesús, y ese centrarnos en Cristo Jesús, que como dice en la oración, vino a asumir nuestra fragilidad, nuestras enfermedades, nuestros sufrimientos, nuestra misma muerte, nos hace fuertes incluso optimistas ante estas dificultades de la vida, como la enfermedad.