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Imploremos la Sabiduría de Dios, que está siempre disponible para venir a iluminarnos el verdadero sentido de la Palabra y a animarnos a que la Palabra transforme nuestra vida.
Dios de los Padres y Señor misericordioso, que hiciste todas las cosas con tu palabra, y con tu Sabiduría formaste al hombre, para que dominara a los seres que tú creaste, para que gobernara el mundo con santidad y justicia e hiciera justicia con rectitud de espíritu: dame la Sabiduría, que comparte tu trono, y no me excluyas del número de tus hijos. Porque yo soy tu servidor y el hijo de tu servidora, un hombre débil y de vida efímera, de poca capacidad para comprender el derecho y las leyes; y aunque alguien sea perfecto entre los hombres, sin la Sabiduría que proviene de ti, será tenido por nada. Contigo está la Sabiduría, que conoce tus obras y que estaba presente cuando tú hacías el mundo; ella sabe lo que es agradable a tus ojos y lo que es conforme a tus mandamientos. Envíala desde los santos cielos, mándala desde tu trono glorioso, para que ella trabaje a mi lado y yo conozca lo que es de tu agrado. Amén.
Del Santo Evangelio según San Mateo 15,21-28
LECTIO (Lectura) ¿Qué dice el texto?
- 1. (v.21-22) ¿Quién se acerca a Jesús en este texto y que le pide?
- (v.23-24) ¿Cuál es la reacción de Jesús y que explicación da Él mismo sobre su actitud?
- (v.25) ¿Cómo reacciona la mujer cananea ante la negativa de Jesús?
- (v.26-28) ¿Qué provoca que Jesús atienda los súplica de aquella mujer?
Conclusión: Jesús no es patrimonio exclusivo de nadie. El don de la salvación que ofrece es para todos los que buscan y se esfuerzan en liberarse de las cadenas que aprisionan su energía vital.
MEDITATIO (Meditación) ¿Qué me dice el texto para mi vida?
- La mujer cananea se acerca a Jesús suplicando su ayuda ¿Me ha sucedido que a veces en medio de mis problemas estoy como la mujer cananea suplicando, pidiéndole al Señor que me ayude?
- Pareciera que Jesús ignora deliberadamente a la mujer cananea ¿He sentido que el Señor como que me ignora?
- La fe de la mujer cananea es alabada por Jesús, lo que hace que atienda su súplica ¿Cuando experimento el silencio de Dios, entiendo que sólo deseaba que aprendiera y fortaleciera mi fe?
ORATIO (Oración) ¿Qué me hace decirle a Dios este texto?
Dirígete a Aquel cuya Palabra has escuchado y recibido en tu corazón.
- Jesús, cuántas angustias y necesidades experimento en mi vida: dolor, problemas, tristezas que a veces me llegan a sofocar. Por eso clamo a ti ¡Ten compasión de mí, Señor!
- Ayudame a esperar en ti Jesús y a confiar en tu palabra. porque sólo en ti puedo encontrar la misericordia y la paz que tanto anhelo.
- Jesús, dame la fe, la humildad, la confianza y la perseverancia para tener paz en mí corazón y la seguridad de que escuchas mis plegariaa.
CONTEMPLATIO (Contemplación)
Vamos a cerrar nuestros ojos, para entrar en un profundo silencio interior. Déjate tocar por la fuerza de las palabras de Jesús: “Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!”. Contempla…
- A Jesús, pasando a tu la lado y esperando tu grito confiado: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi!
- A ti, esperando y confiando en el Señor, en medio de un mundo que ha olvidado a Jesús cambiando su victoria por puro placer terrenal.
- A otros hermanos, que desilucionados se han alejado del amor y de la misericordia de Jesús, pero necesitan de ti una palabra de fortaleza y consuelo.
OPERATIO (Hacer un compromiso concreto con Jesús para practicar su Palabra)
En las dificultades de cada día, haré un acto de fe y pediré con confianza la ayuda de Dios, que permite mis angustias para purificar mi corazón.