DÍA DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

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2 de noviembre

Día de todos los fieles difuntos

Lo propio de este día es ofrecer sufragios, en especial la Eucaristía “fuente y culmen de la vida cristiana” por “los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios. Pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo” cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, N° 1030. Ofrecer sacrificios y oraciones por los que nos han precedido y aun no alcanzan la visión beatífica no debe ser nada extraño para un cristiano, ya que, en la Sagrada Escritura podemos encontrar que “mandó a judas a hacer sacrificios en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado” cfr. 2 Macabeos 12,46. La Santa Madre Iglesia dejándose guiar por la palabra ha honrado la memoria de los fieles difuntos, desde los primeros tiempos” cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, N° 1032. Sin embargo, fue hasta finales del siglo X cuando se eligió un día especial para recordar a los difuntos. La orden de Cluny por iniciativa de San Odilón de Francia acreditó el nuevo culto en favor de los difuntos con la institución de una nueva fiesta, la conmemoración de Todos los fieles difuntos, fijada de forma significativa en día 2 de noviembre, al día siguiente de Todos los Santos. Esta fiesta de los muertos, aprobada por el Papa León IX (1049-1054), tuvo enorme éxito y rápida difusión.