Mons. Padilla Lozano 4to Aniversario Luctuoso

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Ya cuatro años del fallecimiento del primero Obispo de Veracruz, Dn. José Guadalupe Padilla Lozano, originario de San Miguel el Alto, Jalisco.

Eucaristía del ocho de septiembre a las doce del día que fue presidida por el Pbro. Lic. Víctor Manuel Díaz Mendoza, en compañía de sacerdotes que recibieron el orden Sacerdotal de manos del Sr. Padilla y otros más que lo conocieron durante su formación en el seminario ya como Obispo Emérito, ellos celebraron la Eucaristía del Aniversario Luctuoso, así como también fieles participando de esta Santa Misa.

El amor a María es el gesto que predominaba en Mons. José Guadalupe, así como la fidelidad a la iglesia y la obediencia siempre al Papa. Dios le permitió nacer en una fecha muy conmemorable para todos los mexicanos, un 12 de diciembre, y en respuesta a su fidelidad y amor le dio la gracia de morir cuando la iglesia celebra la Natividad de María. Era un hombre mariano.

El Padre Víctor, Párroco de la Catedral en su homilía dijo:

Primeramente quiero saludar a quienes nos acompañan en la Eucaristía a los feligreses que compartieron con el sr. Padilla, pero también a quienes le brindaron su amistad  y ayuda durante su Ministerio Episcopal y también el tiempo en que vivió entre nosotros como Obispo Emérito, a las religiosas Misioneras Guadalupanas de Orizaba, quienes acompañaron durante 40 años a Mons. Padilla como familia atendiéndolo, y desde luego a los sacerdotes, porque él gozaba siempre de su presencia en su casa o al ir  a las parroquias a convivir y para compartir con nosotros como padre y como hermano.

Celebramos la Eucaristía en este día cuando la liturgia celebra la Natividad de la Santísima Virgen María. Todos de alguna u otra manera nos alegramos en el día de nuestro nacimiento, lo celebramos.

La iglesia en esta celebración que nos une también a la iglesia de oriente, porque ellos antes que nosotros, la iglesia latina, la iglesia romana celebran esta fiesta iniciando su año litúrgico, y la iglesia latina como el principio de la salvación.

María rodeada de gracia fue preservada de la culpa del pecado original e inmaculada como la celebramos, va a ser el conducto por el cual nos llega la gracia y la bendición a nosotros.

No es solo celebrar un año más de su nacimiento, sino que en la liturgia nos hace celebrar el nacimiento de la Santísima Virgen, porque con el nacimiento de la virgen inicia el cumplimiento de la promesa que Dios hizo a su pueblo, mandar el salvador, Jesucristo nuestro Señor.

La oración colecta nos invita a que verdaderamente aumente por esta festividad con nuestra celebración del nacimiento de la virgen la paz en cada uno de nosotros. Encontrarnos con Cristo es reconciliarnos con él que es nuestra paz, viene la paz personal y puede crecer la paz entre nosotros, porque Cristo es nuestra paz y viene para hacer de nosotros un solo cuerpo, una sola acción, una comunidad convocada por el Espíritu del Señor, para orar, para construir el reino de Dios entre nosotros.

Reconociendo a María en este día de su nacimiento, reconocemos las obras, las maravillas que Dios ha hecho en ella, desde luego en favor de todos nosotros.

Es una invitación para nosotros para que se acreciente la gracia en nuestra vida personal. Un día también nosotros nacimos no solo de nuestros padres, sino del agua y del Espíritu; nuestro nacimiento espiritual por la gracia del Señor nos hace abrir nuestro corazón, nuestra mente para acrecentar la gracia de Dios entre nosotros, de muchas maneras, a través de los Sacramentos, a través de las gracias que Dios quiere manifestarnos, las obras buenas que él mismo inspira y a través de las gracias que nuestros hermanos con su oración nos acompaña y hacen que esa gracia se multiplique en perfección, en santidad en la vida de cada uno de nosotros.

Pues unidos celebrando a la Santísima Virgen María en su nacimiento, le pedimos a Dios que su gracia nos llene también nuestro corazón y la vida; unidos en oración todos como un compromiso, una obligación moral de vivir por nuestros difuntos.

Lo hacemos viviendo por quien fue nuestro pastor y guía, nuestro padre en la fe de esta Diócesis de Veracruz. Él que se hizo uno de nosotros, que se arraigó en nuestra ciudad de Veracruz, interceda en el cielo para que continuemos la misión que el Señor primero le encomendó a él y ahora también a todos nosotros los bautizados pone en nuestras manos la responsabilidad de anunciar el evangelio, Jesucristo nuestro Señor.

Al finalizar la Eucaristía el Pbro. Víctor Manuel invitó a los presentes  a ver una exposición que se hizo de los recuerdos de Monseñor, objetos, vestimentas, fotografías que pertenecieron a este gran Obispo.

VÍDEO DE LA MISA.