MARTIRIO DE SAN JUAN EL BAUTISTA
29 de agosto del 2020
Evangelio de Mc. 6, 17-29
Queridos hermanos.
Hoy, que estamos celebrando la fiesta del Martirio de San Juan el Bautista, el 24 de junio fue el nacimiento de Juan el bautista. Es el único personaje de la historia de la Salvación, el único santo, que se celebra su nacimiento y su muerte. De todos se celebra el día de su muerte que es el verdadero nacimiento a la vida eterna.
Pero a san Juan Bautista le celebramos los dos, porque Jesús mismo lo dice en el Evangelio – no ha habido uno más grande que san Juan el Bautista –.
San Juan el Bautista, abrazó su misión, la misión que Dios le dio y la cumplió coherentemente con ese espíritu de sencillez. Para cumplir la misión de Dios no hace falta cosas extraordinarias simplemente dejarse llevar por la voluntad de Dios.
La situación contrasta completamente con la actitud de Herodes, un reyezuelo que estaba al servicio del imperio, ni siquiera era su reino, sino que explotaba a la gente en favor de los poderosos, en la época, que eran los romanos; él era un títere de Roma.
Pero por otra parte, un hombre, más que cumplir la misión, estaba enredado en sus propias pasiones, había hecho algo muy negativo, como tomar a la mujer de su hermano; no solamente había hecho eso, aunque admiraba a san Juan el Bautista, lo había metido a la cárcel durante una fiesta, y llevado por sus pasiones, por el alcohol, por la belleza, por el baile de la hija de Herodías, estaba embelesado y tratando de quedar bien con ella y con los invitados. Si nos damos cuenta, era un hombre esclavizado a sus propios vicios, por sus propias pasiones, en vez de dominarlas, pues lo dominaban a él. Por eso, hizo algo que él mismo no quería, pero fue dominado por sus instintos, por sus pasiones.
En cambio, san Juan Bautista cumplió la voluntad de Dios, y llegó a decir – conviene que Él crezca y que yo disminuya – ahí encontramos la pobreza de san Juan el Bautista, esa sencillez de ponerse delante de Dios.
Bueno, pues aquí tenemos dos ejemplos de dos actitudes contrarias, pero que nos iluminan mucho hacia actitudes que nosotros podemos tener.
Quizá en muchas ocasiones actuamos como Herodes, nos dejamos llevar por nuestras propias pasiones, por nuestros propios egoísmos, por nuestras propias banalidades y no nos acercamos a cumplir la voluntad de Dios.
Bueno pues hoy, Dios a través de san Juan el Bautista, nos invita a que seamos fieles, que con sencillez cumplamos todos los deberes de todos los días, y que cumplamos esa misión a la que Dios nos llama el día de hoy y todos los días de nuestra vida.
Pidámosle al Señor, bajo la intercesión de san Juan el Bautista, que nos ilumine para que podamos ser fieles a la Palabra de Dios.
Que así sea.
